¿Cuánto vale un voto en RD?


Para la mayoría de dominicanos, un voto vale un quinientón, un tanque de gasolina, una lata de leche, una funda o ración de comida, una receta médica, una docena de hoja de zinc, una docena de madera, cinco fundas de cemento, un quintal de varilla, cincuenta block,  una promesa de empleo, una promesa de impunidad, una porción de substancias prohibidas, una botella de alcohol, entre tantas otras cosas que tu puedes imaginar.
Todo esto destruye nuestra democracia y daña el futuro desarrollo de la patria.


Un voto puede decidir quién será nuestro futuro Presidente, Alcalde, Senador y Diputado que en su conjunto dirigirán los poderes del Estado y la administración pública.
Pero sobretodo un voto decide el futuro de toda la sociedad.
No permitas que una pasión política o algún tipo de dádiva, se te nuble la realidad o empeñes tu consciencia. El gobierno y otros grupos de poder intentan cambiar la voluntad popular, la conciencia social a fuerza de dinero, de manipulación mediática, compra de conciencia, intimidación, aprovechamiento de la miseria material de un amplio segmento de la población y, para poner tapa, incluyen la injerencia del control absoluto de todos los poderes del estado y de la Junta Central Electoral.
Debemos estar claros de que ese miserable y falso pago es un engaño, es una inyección de amnesia con el que te haces cómplices, te contaminas de todos los crímenes del Estado y de los miles de millones que envuelve la corrupción estatal asociada al sector privado. Recuerda que tienes todo el derecho a recibir la parte que te corresponde de las riquezas y producción nacional, pero para obtener tu justa remuneración, debes conocer tus derechos y aprender a defenderlos y lo más importante a valorar tu voto.
Cuando conoces tus derechos estarás consciente de que el estado recibe sus ingresos para devolverlos, no para dilapidarlo y robarlo, en servicios básicos de calidad: educación, salud, seguridad ciudadana, justicia, garantías de derechos, libertades, medio ambiente sano, agua potable, energía eléctrica, vivienda, transporte público, viabilizarían del tránsito, productividad, alimentos asequibles para todos, oportunidad de empleo o de desarrollar talentos, seguridad social en general, entre otros.
Particularmente para mí, un voto representa dignidad, conciencia, futuro, esperanza, fe, desarrollo, cambio, oportunidad, democracia, justicia, respeto, confianza, civismo, responsabilidad, patriotismo, ética, moral, transparencia, participación, una vida, todo los millones del mundo, honestamente un voto no tiene precio. Debemos reflexionar sobre la importancia y el sacrifico que significa el voto.
Desde la antigüedad comenzando con Plantón y luego Aristóteles la democracia era concebida como una forma de gobierno, específicamente como el gobierno de todos o de la mayoría. Es desnaturalizado el que aún la mayoría de dominicanos no tengamos una concepción clara de la democracia y mucho menos la decisión de participar ejerciendo sus derechos con conciencia y dignidad.
Decir hay democracia es una cosa y vivirla o practicarla es otra. El derecho al voto es el principal componente de nuestra débil democracia , por tal razón el valor del voto debe ser medular, nunca debe ser menos preciado ni debe ser manipulado por las corrientes partidarias y sus principales dirigentes, es lamentable que también ellos  sean los primeros promotores de la prostitución y corrupción  del voto en el país.
Estamos en la primera fase de un sistema de gobierno democrático,  es una fase que nos obliga a reforzar, ensanchar y hacer crecer las formas de la democracia participativa, donde el pueblo es quien toma todas las decisiones ejecutivas y legislativas, a través de los funcionarios que les representan, como lo manda una  verdadera democracia representativa, participativa. Solo así nuestros modelos institucionales avanzarán y evolucionarán al hilo de los tiempos y las nuevas posibilidades, para lograr organizar la estabilidad del desarrollo integral y el equilibrio institucional basado en derechos.
Antes recomendamos votar con conciencia y que tengan en cuenta que para lograr fortalecer nuestra débil democracia debemos exigir nuestros derechos sin importar quién nos gobierna. Después de ejercer tu voto debes seguir defendiendo el valor e influencia de tu voto, empodérate, participa, ejerce tu ciudadanía, reclamando las promesas incumplidas, el estado de derechos y justicia social para todos.
Los retos a superar son muchos. Al describir las dificultades que agrega gestionar educar y redireccionar la cultura de conformismo, pesimismo, falta de actitud, entre otros impedimentos al desarrollo.
La participación en el Siglo XXI, es un asunto que la sociedad y todos los ciudadanos, deben ser recurrente especialmente en la construcción de un futuro mejor.
¿Y para cada uno de ustedes amigos lectores cuánto vale su voto?
 Juan Tomás Taveras

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