Incluso, las navidades y la llegada del Nuevo Año, no se percibió con dinamismo en Montellano y en Amistad, porque no hubo un dinamismo económico, por el cierre de ambos centrales azucareros desde hace más de siete años.
Ramón Cueto, un residente en la comunidad de Pérez, Imbert, evocó con nostalgia aquellos años en que la empresa se mantenía en producción, por lo que la llegada de cada Navidad o Año Nuevo, “la celebrábamos alegres y con mucho dinero en nuestros bolsillo”, pero ahora las “cosas son distintas, porque ni siquiera nos enteramos que terminó y se inició un Nuevo Año”.
Cueto señaló que cuando el ingenio Amistad estaba en función, “jugábamos con la comida, más en la fecha de navidad, ya que sabíamos cobrar varias quincenas juntas, incluyendo el jornal que llavamos el pascualito, pero no como ahora que nos estamos muriendo del hambre por falta de fuentes de empleos”.
Dijo que en esas épocas de bonanza económica por la producción azucarera, se imprimía en el municipio de Imbert y comunidades vecinas, un gran dinamismo económico y comercial en Llanos de Pérez y sus comarcas.
En iguales términos se manifestaron residentes en el municipio de Montellano, los cuales se atrevieron a decir que luego del cierre de su ingenio, “allí no existe fuente de empleo para que nos ganemos el sustento de nuestras familias, por lo que estamos viviendo de la caridad y la gracia de Dios”.
Como ironía de la vida en los municipios de Imbert y Montellano, se percibe un avanzado cuadro de miseria y pobreza extrema, lo cual se ha agudizado luego del cierre de ambos centrales azucareros, los cuales suministraban vida económica a miles de personas que trabajaban de “sol a sol” en el proceso de elaboración del azúcar a través de la molienda de una planta dulce llamada caña.
fuente: puertoplatadigital.com
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