Periodico El Faro.-
La situación de abandono, hambre, miseria, agua potable, higiene, e insalubridad en este municipio, no es de hoy, pero lo cierto es que en los últimos tiempos se ha venido acrecentando sin que se vislumbre una luz en el camino.
El cierre definitivo del único centro de trabajo, sostén de las familias residentes en la zona, Ingenio Amistad, que sólo es recordado en tiempo de campaña por los políticos que visitan el lugar en busca del voto y terminado el proceso eleccionario jamás vuelven por el lugar, es como hacer una sentencia de muerte a sus residentes.
Más de 11 mil tareas de terrenos se encuentran abandonados a su suerte, mientras la junta de vecinos ha implorado le sea entregada una porción para trabajarla como hortaliza y así vender a los hoteles turísticos de la zona o al menudeo como lo hicieron en el pasado.
Las voces que en ese sentido se han levantado se pierden en el desierto y la comisión liquidadora de los bienes incautados al quebrado Banco Baninter conoce de la existencia de un cascaron que aquí existe, que fue la factoría del Ingenio Amistad en sus momentos de gloria y que fue desmantelado por la componía arrendataria para carga con las maquinarias, !quién sabe hacia dónde!, sin que algún legislador, político, funcionario o el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Dominicano (PRD), reparen en pensar en la gran cantidad de familias que reside en sus alrededores respirando aire, acostándose sin cenar y sin conocer qué encontrar al día siguiente para desayunar o almorzar. Es como si estuvieran condenados a muerte siendo inocentes, ajenos a la situación que muchas veces es generada por los mismos políticos que con sus acciones de grupos en nada aportan a la colectividad.
Ante el estado de abandono, sus calles polvorientas, hombres sentados por doquier sin estar haciendo nada, sin la esperanza de ser llamados para trabajar, bostezando continuamente, sin que una autoridad se digne en visitarles para ir en su auxilio, dicen perder la esperanza “No hemos tenido suerte, todo luce que la línea es vernos morir paulatinamente”, expresa el presidente de la junta de vecinos José Espinal.
Antonio Silverio (Nen), Ángel Disla Bonilla y Julio César Durán, junto al presidente de la entidad comunal fueron consultados por redactores de El Faro y se conoció parte de la historia productiva del central azucarero, cuya empleomanía oscilaba entre 200 a 300 personas y para justificar su venta su nómina fue llevada a mil 300 en l997.
Los consultados acompañaron a los reporteros a realizar un recorrido por los lugares donde antes producían legumbre para ser vendidas a los hoteles y que con el arrendamiento desapareció y aunque han solicitado a título de préstamos para el sembradío unas 15 tareas les han sido negadas.
Aquí se observa el destartalo de lo que fue la factoría, el desmantelamiento y abandono de equipos aún en condiciones para ser utilizados en otros menesteres, pero que el Banco Central a través de la comisión liquidadora se ha propuesto echarlos a perder. El centro infantil o estancia creado también allí fue abandonado y se ha negado la entrega a la junta de vecinos para que hicieran puestos de venta a los turistas que visitan Damajagua y cruzan por el lugar dejando algunos centavos a los niños pedigüeños que se acercan a ellos.
Nada han logrado, por el contrario, todos están sumido en la extrema pobreza, al igual que la zona, incluyendo la escuela, única obra que ha hecho Leonel Fernández.
Se supo que la junta de vecinos está realizando actividades para la construcción de los contenes de las pocas calles que circundan el otrora centro azucarero para así evitar que se estanque el agua .
La Iglesia Católica facilitó algunos pesos a través de una de sus organizaciones para hacer una tienda de repuestos que luce vacía, quebrada por falta de recursos. El presidente de la junta de vecinos, José Espinal, tiene a su cargo la administración y allí se reúnen varias personas todos los días.
El club social construido por el Ingenio a sus trabajares no es la excepción, también está arruinado, sin que se conozca qué va a suceder con los habitantes de este punto de la provincia que no tiene dolientes y es olvidado de los políticos.
Del poderoso cuartel policial sólo queda el recuerdo y se mantiene el local por las reparaciones que propician sus lugareños para que de allí no se lleven definitivamente dos agentes policiales que tienen el rango de sargentos ambos.
La unidad que primó en el pasado para mantener el Ingenio llevó a los trabajadores a laborar en tres tandas para que cada grupo hiciera seis horas y se mantuviera abierta la factoría.
Al principio de la década de l960 con la desaprecian de la tiranía fue cerrado el Ingenio pero la lucha librada por más de 250 trabajadores logró su reapertura en 1964 y desde entonces se mantuvo activo hasta el cierre definitivo en 1998.
Pocas son las personas que cruzan por este lugar, es muy poco lo que hay por ver, salvo hombres y mujeres desocupados, sentados en cualquier esquina, parque, algunos establecimientos comerciales sin la esperanza de que aparezca una chiripita.
El dolor es inmenso que dejan proyectar los sentimientos de los exponentes José Espinal, Antonio Silverio, Ángel Disla Bonilla y Julio César Durán, todos ellos trabajadores en distintos departamentos que vivían bien por la producción que se generaba, pero en los últimos años están condenados y pocos medios de comunicación hablan de la situación, las autoridades prefieren no ir al lugar para que no le expongan el tema y ver el estado de depresión de sus habitantes, mientras que cientos de personas están dispuestas a trabajar, pero tienen una condena letal que indefectiblemente les llevará a la muerte tarde o temprano, a menos que no aparezca un Chapulín y les aplique un antídoto poderoso para evitarlo, que sería la ocupación laboral.
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