Los esfuerzos publicitarios se encaminan a la adquisición de estos aparatos que es un lujo tenerlos pero además una muestra de que el aspirante o candidato cuentan con poder económico y muchos recursos para sustentarlo, pues mantenerlo en las calles pagándole a los operadores, cuidar el buen sonido, y el suministro de combustibles, cuesta "un billete" que debe incluirse en el presupuesto para la campaña electoral.
La situación genera estado de nervios en la población por el escándalo que provoca el alto volumen en la ciudad y los campos, ya que el interés es hacerse escuchar. No ha comenzado la campaña electoral y la estridencia de los modernos y poderosos equipos se deja escuchar por doquier, lo que es un preámbulo de lo que ha de suceder el próximo fin de año.
Antes todos partían de la ciudad cabecera, incluyendo los aparatos fuertes en camiones o eran trasladados de la Capital a la provincia con la venida de líderes nacionales candidatos presidenciales, ahora sucede lo contrario esos "tumba cocos" como lo identifican algunos, se encuentran por doquier en Montellano, por ejemplo, la tranquilidad ha desaparecido ya que algunos de los candidatos tienen la creencia de que quien más "bulla" haga será el ganador y las actividades que no se desarrollan con uno de los camioncitos peligran en el éxito.
Los que utilizaron en campañas anteriores esos camiones los guardaron y lo sacan cuando hay actividad proselitista, el síndico Walter Musa, Otto Gómez, Francis Vargas, Winston Spencer, Graciela Fermín, Zacarías Ripoll, entre otros, mantienen el suyo y otros saldrá en los días venideros a las calles, entre los que se cita el de José Ignacio Paliza, Marcos Eguren y otros en los municipios de la parte Oeste.
Cuando todos estén en las calles y en plena campaña electoral, porque aquí las autoridades no hacen lo que tienen que hacer y mucho menos en tiempo de campaña electoral, habrá que gritar e implorar ´´qué Dios nos ampare´´ por el estruendoso sonido que hacen los políticos para hacer sus promociones con miras ganar las elecciones, que en muchos de los casos llevan un discurso vacío. fuente: periodicoelfaro
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