MONTELLANO:-El comerciante Antonio Álvarez, creyó haber hecho el negocio de su vida la mañana del jueves último, cuando varias personas se presentaron a su establecimiento y solicitaron el despacho de mercancías por un valor de unos RD$20,000.00, las que “supuestamente” serían utilizadas por uno de los centros cerveceros de aquí.
Álvarez, raudo y veloz, despachó cajas de whisky, cervezas, ron, cigarrillos, entre otras mercancías solicitadas por los interesados. Éstos manifestaron al comerciante que una vez el pedido llegara a destino, los propietarios del centro cervecero le remitirían a retorno un cheque por la suma de lo acordado.
Incluso, los timadores (desconocidos), solicitaron a dicho comerciante que se abstuviera de enviar las mercancías en un vehículo que no fuera un motoconcho conocido por él, lo que aceptó de inmediato. Esas palabras interiorizaron la confianza necesaria en el comerciante para despachar todo lo pedido y de paso entender que había hecho la venta del día.
Así lo hizo, un motoconchista, cuyo nombre se desconoce por el momento, partió a la velocidad de un rayo a llevar el pedido hasta el centro cervecero que señalaron los desconocidos. Éste debió dar aproximadamente cinco viajes para cumplir con la encomienda puesta en sus manos, encomienda que le generaria probablemente los ingresos de medio dia de trabajo. Cuentan que con el entusiasmo de un niño de siete años, cargó, bajo el sudor copioso producido por los candentes rayos solares de ese día y de todos los dias en Montellano, los paquetes en cuestion y los llevó a su destino.
Álvarez, propietario del Súper Colmado “Papo”, ubicado en la calle principal de esta comunidad, le inquirió varias veces al motoconchista: “muévete rápido; con esta venta nos vamos a bañar en cuartos”.
Pero, como siempre, “tanta belleza confunde a cualquiera”, las personas que se presentaron como clientes, supuestamente enviados por el citado centro cervecero ante el comerciante Álvarez, lo dejaron “oliendo donde guisan". La mercancia se recibió en el lugar convenido y todos desaparecieron como por “arte de magia ”.
Una vez más se comprueba el dicho popular que reza: “dinero en mano y amigos para siempre”.
Amparo Balbuena / puertoplatadigital.com
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