Ingenio Monte Llano ¿Vale la pena seguir luchando?

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Por: Sergio Cueto
puertoplatadigital.com

Decenas de montellaneros –junto a sindicalistas portuarios, camioneros y transportistas de Puerto Plata y Sosúa- recorrieron casi 14 kilómetros en una peregrinación para entregar a la gobernadora provincial, Eridania Llibre, un documento en el que piden al presidente Leonel Fernández “volver a poner en funcionamiento” al ingenio Montellano.

El Comité Pro-Reapertura del central azucarero, presidido por José Alberto Corniell e integrado, incluso, por la síndico municipal Lourdes Fermín, cumplió su objetivo: La entrega se hizo como se programó; no hubo incidentes.

En cuanto a organización, la actividad podría considerarse un éxito; pero en cuanto al propósito esa marcha fue una ligereza y una pérdida de tiempo. Es que el Ingenio Montellano es cosa del pasado y, como empresa… ya cumplió su cometido.

Fundado en 1918, (la demanda de mano de obra para labores agrícolas y fabril de la nueva empresa provocaron un fenómeno migratorio y en torno al ingenio se formó el asentamiento humano que hoy día constituye el municipio) este central en 1952 fue comprado por Trujillo a su entonces propietario E. Kilbourne.

Con una capacidad nominal de molienda de 2,400 toneladas cortas de caña diarias y una capacidad operativa de apenas 1,600 toneladas cortas, este ingenio era el segundo más pequeño del país, después del ingenio Amistad, que fue fundado en 1899 y podía moler un máximo de 500 toneladas cortas de caña al día.

Tras el ajusticiamiento del tirano Trujillo, estos ingenios fueron integrados (junto a otros diez) en el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), en 1966… Y trabajaron más o menos bien hasta que la politiquería los arruinó y llevó el hambre, desempleo y miseria generalizada a la otrora Villa de Montellano.

Mediante la Ley No. 87, del 4 de marzo de 1987, el CEA traspasó los terrenos del Ingenio Montellano al Banco Central, para el desarrollo de un proyecto turístico y otro habitacional.

El plan era (¿es?) excelente y desde el punto de vista económico y social iba a repercutir positivamente en la comunidad. Incluía: 7,188 habitaciones turísticas; 8,038 habitaciones urbanas, villas en las montañas, zona comercial frente al aeropuerto, campo de golf con villas, villas de tennis, caballeriza, anfiteatro, campo de polo, terminal de autobuses, una marina para Montellano, etc. Ese proyecto hasta ahora está en intención.

Pero mientras llega la decisión oficial de ejecutarlo, el Gobierno, a través del CEA que estuvo representado por su entonces director, Félix Alcántara, el 29 de febrero de 2000 firmó un contrato con el Consorcio Agroindustrial Cañabrava (Julio Hazim) y como socia gestora la firma brasileña Interunión, Comercio Internacional LTDA (Marco Aurelio Carvalho Fattore) para que los ingenios Montellano y Amistad volvieran a producir azúcar.

El contrato signaba que los empresarios privados debían “realizar las inversiones necesarias para rehabilitar los ingenios, modernizarlos e incluso construir nuevas instalaciones y adquirir equipos y procesos técnicos para alcanzar los estándares de calidad y rendimiento tanto en el campo como en la fábrica.”

La realidad es que Amistad no trabajó. La caña que se sembró en sus tierras fue trasladada a Montellano… y éste también dejó de producir azúcar en 2005.

Mediante el Decreto No. 133-06, del 27 de marzo de 2006, el presidente Leonel Fernández dispuso que el ingenio Montellano produjera 20,652 toneladas de azúcar. De esas, 11,002.67 toneladas (un 4.35%) iban a corresponder a la cuota de exportación del país… Pero, como dice la canción de Enmanuel: “todo se derrumbó”.

Hoy, Montellano languidece en su pobreza. No hay fuentes de empleos, la gente no haya qué hacer y por esto es que se moviliza. Lucen desesperados y no se dan cuenta que el ingenio ya no tiene futuro como productor de azúcar y que, en cambio, lo que se debe es procurar que el Banco Central (o el sector privado nacional o internacional) desarrolle el proyecto turístico planificado.

Los montellaneros también deberían exigir al Gobierno que parte de las tierras les sean entregadas para proyectos agrarios donde se produzcan alimentos frescos e inocuos destinados a abastecer los establecimientos turísticos ya existentes en la zona… y a los otros que se construyan.

Una experiencia de este tipo existe en San Rafael del Yuma, donde a través del proyecto Baiguá los parceleros cultivan para suplir a los hoteles del triángulo formado por las zonas de La Romana, Bayahibe y Bávaro.

Sobre este tema trataremos en la próxima entrega.

1 comentarios:

Francisco Polo dijo...

Hace tiempo que el gobierno se desentendio de esto a quien hay que reclamarle es a el Sr. Julio Hazim , que saqueo el ingenio y no, se ha podido hacer mas nada,porque el Cea y los arrendatarios no se ponen de acuerdo porque quieren que los arrendatarios cubran la deuda que el Consorcio Cañabrava tiene pendiente con colonos y suplidores.
No es asi sr. Montilla, usted sabe la treta que hay en este enrredo explique le usted que tanto se beneficio de esto.